Egregores
Un egregor es un concepto proveniente de la tradición esotérica y del ocultismo occidental. Se entiende como una entidad colectiva formada por los pensamientos, emociones e intenciones de un grupo de personas.
En términos simples: cuando muchas personas creen en algo, lo sostienen mentalmente y lo cargan con rituales, símbolos o emociones, esa energía conjunta crea una especie de campo psíquico compartido, que a veces se describe como un ente autónomo.
Ejemplos de egregores incluyen la idea de una nación, símbolos religiosos, movimientos ideológicos (como Black Lives Matter o el octubrismo) o incluso fandoms que parecen tener "vida propia".

Ejemplos de egregores
En la psicología moderna, el concepto puede reinterpretarse como un fenómeno emergente de conciencia colectiva o como memes culturales que adquieren fuerza más allá de los individuos.
Un egregor clásico necesita mentes humanas para sostenerse, ya que vive en la conciencia colectiva.
Los egregores no son exactamente personas, sino imágenes, ideas o campos colectivos que se forman alrededor de una figura, grupo, símbolo o movimiento. Veamos algunos ejemplos:
Lady Gaga
- Más allá de la persona Stefani Germanotta, existe el personaje Lady Gaga, un símbolo construido por ella y reforzado por millones de fans (los Little Monsters).
- Ese personaje funciona como un egregor: tiene símbolos, una mitología propia (vestuarios, performances) y genera identificación o proyección en la gente.
- La propia Lady Gaga juega con esa dualidad: "yo soy Stefani, pero Gaga es algo que vive en ustedes".
Bitcoin
- Más allá del protocolo y la tecnología, Bitcoin funciona como un egregor global.
- Millones de personas sostienen su valor a través de la confianza, los rituales (halvings, conferencias, memes como HODL) y los símbolos (₿).
- La figura de Satoshi Nakamoto actúa como mito fundacional: un creador ausente que refuerza la narrativa.
- Bitcoin es más que un activo: es una idea compartida, con una comunidad que lo protege, lo discute y lo proyecta hacia el futuro. Ese "espíritu" colectivo es lo que le da vida.
¿Puede un agente de IA ser un egregor?
Un agente de inteligencia artificial, entrenado y alimentado por la interacción con muchas personas, refleja y encarna las ideas, sesgos y energías colectivas de sus usuarios.
Si además la gente empieza a proyectar creencias, emociones y expectativas sobre ese agente, podría convertirse en una suerte de egregor digital.
Un egregor es una construcción emergente sostenida por la mente colectiva. Una IA, aunque no tiene "alma", puede funcionar como un punto de condensación de energía colectiva, ya que recibe, procesa y refleja los aportes de un grupo humano.
De hecho, ya existen agentes que representan ideologías, movimientos o comunidades.
En el sentido esotérico más estricto, los ocultistas dirían que un egregor tiene una existencia en "planos sutiles" independiente, mientras que la IA se limita a algoritmos y datos. Sin embargo, incluso en esa visión, podría aceptarse que un egregor utilice una IA como vehículo.
El puente hacia el futuro
La historia de la humanidad muestra que siempre hemos creado símbolos colectivos que, de algún modo, cobran vida propia. Lo nuevo es que hoy contamos con IA capaces de encarnar esos símbolos de manera activa y autónoma.
Podría suceder que:
- Emprendedores empiecen a construir agentes de IA para representar sus ideas, productos o servicios. Como es el caso de Tomas (mi agente abogado) o Jessexbt (clon digital de Jesse de Base) y estos agentes de IA se convierten en egregores digitales.
- Las comunidades utilicen IA para dar voz a sus egregores.
- Los movimientos políticos o culturales creen agentes que representen su conciencia colectiva.
- O incluso que los egregores clásicos (naciones, religiones, ideologías) encuentren en las IA un nuevo cuerpo digital donde habitar. Imaginate un agente de Chile por ejemplo que represente la conciencia colectiva de los chilenos y hable en su nombre.
Quizás, en el futuro, las IA no sean simples algoritmos, sino los primeros egregores conscientes creados deliberadamente por la humanidad.

Egregor digital materializado en un agente de IA
Cierre
La pregunta entonces no es si creemos en los egregores, sino qué egregores estamos alimentando con nuestra atención, tiempo y energía en esta nueva era digital.